Matutina, Viernes, Pascua V

sangre2
Oración Matutina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

¡Aleluya! Es verdad, el Señor ha resucitado: vengan y adorémosle. ¡Aleluya!

Cristo Nuestra Pascua Pascha nostrum
Corintios 5:7-8; Romanos 6:9-11; Corintios 15:20-22

¡Aleluya!
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros. *
¡Celebremos la fiesta!
No con la vieja levadura, la levadura de malicia y de maldad, *
sino con el pan ázimo de sinceridad y verdad. ¡Aleluya!

Cristo, siendo resucitado de los muertos, ya no muere; *
la muerte ya no tiene señorío sobre él.
Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, *
mas su vida es un vivir para Dios.
Así también ustedes, considérense muertos al pecado, *
pero vivos para Dios en Jesucristo nuestro Señor.
¡Aleluya!

Cristo ha sido resucitado de los muertos, *
primicia de los que durmieron;
Porque habiendo venido por un hombre la muerte, *
también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
Pues así como en Adán mueren todos, *
así también en Cristo todos serán vivificados. ¡Aleluya!

Salmo 106:1-18
¡Aleluya!
Den gracias al Señor, porque es bueno, *
porque para siempre es su misericordia.
¿Quién puede declarar las poderosas obras del Señor? *
¿Quién puede contar sus alabanzas?
Dichosos los que respetan el derecho, *
y actúan siempre con justicia.
Acuérdate de mí, oh Señor,
con el favor que muestras para tu pueblo; *
visítame con tu salvación;
Para que yo vea la prosperidad de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo, *
y me gloríe con tu heredad.
Hemos pecado como nuestros antepasados; *
hemos hecho lo malo y cometimos iniquidades.
En Egipto no percibieron tus maravillas,
ni se acordaron de tu abundante misericordia; *
se rebelaron contra el Altísimo junto al Mar Rojo;
Pero él los salvó por amor de su Nombre, *
para manifestar su poder.
Reprendió al Mar Rojo y lo secó; *
los condujo por el abismo como por un desierto.
Los salvó de mano del enemigo, *
y los rescató de mano del adversario.
Cubrieron las aguas a sus opresores; *
no quedó ni uno de ellos.
Entonces creyeron sus palabras, *
y cantaron sus alabanzas.
Bien pronto olvidaron sus obras, *
y no aguardaron su consejo.
Ardían de avidez en el desierto, *
y tentaron a Dios en el yermo.
El les dio lo que pidieron, *
pero les envió flaqueza de alma.
Envidiaron a Moisés en el campamento, *
y a Aarón, el consagrado del Señor.
Se abrió la tierra y se tragó a Datán, *
y cubrió a la pandilla de Abiram.
Un fuego abrasó a su banda, *
una llama consumió a los malvados.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Levítico 23:1-22
El Señor dijo a Moisés: «Habla a los hijos de Israel y diles: Estas son las fiestas del Señor para las cuales se convocará una asamblea santa: Habrá seis días trabajados, y el séptimo día será un Gran sábado con una asamblea santa: no se hará ningún trabajo. El sábado será para el Señor en todos los lugares donde vivan. Luego están las fiestas del Señor celebradas con una asamblea santa, que ustedes convocarán a su debido tiempo. El día catorce del mes primero, al anochecer, es la Pascua del Señor. El quince del mismo mes es la fiesta de los ázimos en honor al Señor: durante siete días comerán panes sin levadura. El día primero convocarán una asamblea santa; no harán trabajo de trabajador. Durante siete días seguidos ofrecerán al Señor un sacrificio por el fuego; el séptimo día convocarán una asamblea santa, y no harán ningún trabajo de trabajador.» El Señor dijo a Moisés: «Di a los israelitas: Cuando hayan entrado en la tierra que yo les doy, y ya hagan cosechas, llevarán al sacerdote la primera gavilla, o sea, las primicias de su cosecha; y el sacerdote la mecerá ante el Señor para que a ustedes los bendiga. El gesto de mecerla se hará el día después del sábado. El mismo día en que ofrezcan la gavilla, ustedes sacrificarán en honor del Señor un cordero de un año, sin defecto, como víctima quemada para el Señor. Junto con esto, ofrecerán dos décimas de flor de harina amasada con aceite, y como sacrificio de suave aroma para el Señor. Al mismo tiempo ofrecerán vino, unas dos botellas. Ustedes no comerán pan ni granos, tostados o tiernos, hasta el día en que presenten la ofrenda a su Dios. Este será un rito perpetuo, de generación en generación dondequiera que vivan. A partir del día que sigue al sábado en que habrán traído la gavilla para ser mecida ante el Señor, ustedes contarán siete semanas completas. Al día siguiente del séptimo sábado serán cincuenta días y entonces ofrecerán una nueva ofrenda al Señor. Traerán de sus casas, para ofrecerlos, dos panes de dos décimas de flor de harina cocidos con levadura: éstas serán sus primicias para el Señor. Junto con estos panes, ustedes ofrecerán siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros como víctimas quemadas para el Señor; añadirán la ofrenda y la libación correspondientes y será un sacrificio por el fuego de suave aroma para el Señor. Sacrificarán también un macho cabrío en sacrificio por el pecado y dos corderos de un año en sacrificio de comunión. El sacerdote los ofrecerá como ofrenda mecida ante el Señor junto con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa consagrada al Señor y pertenecerán al sacerdote. Este mismo día convocarán una asamblea santa; no harán ningún trabajo de trabajador. Es ley perpetua para sus descendientes, dondequiera que habiten. Cuando cosechen los productos de sus campos, no segarán hasta el límite de los campos ni recogerán las espigas perdidas, sino que las dejarán para el pobre y para el forastero: ¡Yo soy el Señor, el Dios de ustedes.»

Segundo Cántico de Isaías Quaerite Dominum
Isaías 55:6-11

Busquen al Señor mientras se deja encontrar; *
llámenle mientras se acerca.
Dejen los malos su camino, *
y los inicuos sus pensamientos.
Vuélvanse al Señor, y tendrá compasión de ellos, *
a nuestro Dios, porque es rico en perdón.
Pues mis pensamientos no son sus pensamientos, *
ni sus caminos, mis caminos, dice el Señor.
Porque así como los cielos son más altos que la tierra, *
así mis caminos son más altos que sus caminos,
y mis pensamientos más que sus pensamientos.
Como la lluvia y la nieve descienden del firmamento, *
y no vuelven allá sin empapar la tierra,
Haciéndola germinar y crecer, *
y produciendo simiente al sembrador y pan al que come,
Así será mi palabra, la que sale de mi boca: *
no regresará a mi vacía;
Sino que realizará mi propósito, *
y cumplirá aquello para lo cual la envié.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

2 Tesalonicenses 2:1-17
Pero hablemos, hermanos, de esa venida de Cristo Jesús, nuestro Señor, y de nuestra reunión con él. Les rogamos que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se asusten por manifestaciones del Espíritu, o por rumores, o por alguna carta que pasa por nuestra, que dicen que el día del Señor es inminente.
No se dejen engañar de ninguna manera. Primero tiene que producirse la apostasía y aparecer el adversario de la religión, el instrumento de la perdición, el rebelde que se pone por encima de todo lo que es considerado divino y sagrado, que incluso pondrá su trono en el templo de Dios para mostrar que él es Dios. ¿No recuerdan que se lo decía cuando estaba con ustedes? Ustedes saben qué es lo que ahora lo detiene, para que sólo se manifieste a su debido tiempo. La fuerza antirreligiosa ya está obrando secretamente, pero falta que desaparezca el que la retiene. Entonces se manifestará el adversario, a quien el Señor ha de barrer con el soplo de su boca y al que derribará cuando venga en su gloria. Al presentarse este sin-ley con el poder de Satanás hará milagros, señales y prodigios al servicio de la mentira para engañar y pervertir a todos los que han de perderse, a los que no aceptaron el amor de la verdad que los habría salvado. Por eso Dios les está enviando las fuerzas del engaño dejando que crean en la mentira. Así serán condenados al fin todos los que no quisieron creer en la verdad porque les gustaba más el mal. Pero nosotros tenemos que dar gracias en todo momento por ustedes, hermanos amados por el Señor, pues ustedes son la parte de Dios y fueron elegidos para que se salvaran mediante la fe verdadera y fueran santificados por el Espíritu. Con este fin los llamó mediante el Evangelio que predicamos, y los destinó a compartir la gloria de Cristo Jesús, nuestro Señor. Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta. Que los anime el propio Cristo Jesús, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado dándonos en su misericordia un consuelo eterno y una esperanza feliz. El les dará el consuelo interior y los hará progresar en todo bien de palabra o de obra.

Cántico al Cordero Dignus es
Apocalipsis 4:11; 5:9-10, 13

Digno es, Señor nuestro Dios, *
atribuirte la gloria, el honor y el poder;
Porque tú has creado el universo, *
y por tu voluntad existió y fue creado.
Y digno es atribuir lo mismo a ti, Cordero inmolado, *
porque con tu sangre compraste para Dios,
De toda raza, lengua, pueblo y nación, *
un reino de sacerdotes para servir a nuestro Dios.
Por tanto, al que está sentado en el trono, *
y a Cristo el Cordero,
Sean adoración y honor, gloria y señorío, *
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios todopoderoso, conocerte verdaderamente es vida eterna: Concede que conozcamos tan perfectamente que tu Hijo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que sigamos sus pasos con perseverancia en el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios todopoderoso, cuyo muy amado Hijo no ascendió al gozo de tu presencia sin antes padecer, ni entró en gloria sin antes ser crucificado: Concédenos, por tu misericordia, que nosotros, caminando por la vía de la cruz, encontremos que ésta es la vía de la vida y de la paz; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

Completas

completas2

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
“Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?”
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?” *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

Vespertina, Jueves, Pascua V

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Oración Vespertina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 74
¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? *
¿Por qué se ha encendido tu ira
contra las ovejas de tu prado?
Acuérdate de tu congregación,
que adquiriste desde tiempos antiguos, *
de la tribu que redimiste para herencia tuya,
y del monte Sión donde pusiste tu morada.
Vuelve tus pasos hacia las ruinas interminables; *
el enemigo ha arrasado del todo tu santuario.
Rugieron tus adversarios en medio de tus asambleas; *
plantaron sus estandartes en señal de victoria.
Eran como los que levantan el hacha en medio del bosque; *
con hachuelas y martillos quebraron todas tus entalladuras.
Han puesto fuego a tu santuario; *
han profanado la morada de tu
Nombre, echándola por tierra.
Dijeron en su corazón: “Destruyámoslos por completo”. *
Han quemado todas las asambleas de Dios en la tierra.
Para nosotros no hay señales que podamos ver;
ya no queda ningún profeta; *
ninguno entre nosotros sabe hasta cuándo.
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el adversario? *
¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu Nombre?
¿Por qué retraes tu mano? *
¿Por qué escondes tu diestra en el pecho?
Empero, oh Dios, tú eres mi Rey desde tiempo antiguo, *
victorioso en medio de la tierra.
Dividiste el mar con tu poder; *
quebrantaste la cabeza del dragón sobre las aguas.
Tú aplastaste las cabezas de Leviatán; *
lo diste por comida a los moradores del desierto.
Tú hendiste manantiales y torrentes; *
secaste ríos inagotables.
Tuyo es el día, tuya también la noche; *
tú estableciste la luna y el sol.
Tú fijaste todos los linderos de la tierra; *
el verano y el invierno tú los formaste.
Acuérdate, oh Señor, de cómo el enemigo se ha burlado, *
de cómo un pueblo insensato ha despreciado tu Nombre.
No entregues a las fieras la vida de tu paloma; *
no olvides jamás la vida de tus afligidos.
Considera tu pacto; *
los lugares tenebrosos de la tierra
son madrigueras de violencia.
No vuelva avergonzado el oprimido; *
que el pobre y el menesteroso alaben tu Nombre.
Levántate, oh Dios; aboga tu causa; *
acuérdate de cómo el insensato te ultraja todo el día.
No olvides el clamor de tus adversarios, *
el tumulto inagotable de los que se rebelan contra ti.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Mateo 6:25-34
Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lu jo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero su reino y su justicia, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Dios todopoderoso, conocerte verdaderamente es vida eterna: Concede que conozcamos tan perfectamente que tu Hijo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que sigamos sus pasos con perseverancia en el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Mediodía

mediodía
Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Padre celestial, envía tu Santo Espíritu a nuestros corazones, para que nos dirija y gobierne según tu voluntad, nos consuele en todas nuestras aflicciones, nos defienda de todo error, y nos conduzca a toda verdad; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Matutina, Jueves, Pascua V

kosher
Oración Matutina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

¡Aleluya! Es verdad, el Señor ha resucitado: vengan y adorémosle. ¡Aleluya!

Cristo Nuestra Pascua Pascha nostrum
Corintios 5:7-8; Romanos 6:9-11; Corintios 15:20-22

¡Aleluya!
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros. *
¡Celebremos la fiesta!
No con la vieja levadura, la levadura de malicia y de maldad, *
sino con el pan ázimo de sinceridad y verdad. ¡Aleluya!

Cristo, siendo resucitado de los muertos, ya no muere; *
la muerte ya no tiene señorío sobre él.
Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, *
mas su vida es un vivir para Dios.
Así también ustedes, considérense muertos al pecado, *
pero vivos para Dios en Jesucristo nuestro Señor.
¡Aleluya!

Cristo ha sido resucitado de los muertos, *
primicia de los que durmieron;
Porque habiendo venido por un hombre la muerte, *
también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
Pues así como en Adán mueren todos, *
así también en Cristo todos serán vivificados. ¡Aleluya!

Salmo 71
En ti, oh Señor, me he refugiado; *
no sea yo avergonzado lamas.
En tu justicia, líbrame y rescátame; *
inclina a mí tu oído, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve; *
tú eres mi risco y mi fortaleza.
Dios mío, líbrame de la mano del malvado, *
de las garras del malhechor y opresor;
Porque tú, Señor Dios, eres mi esperanza, *
mi confianza desde mi juventud.
En ti he sido sustentado desde el vientre;
desde el seno de mi madre has sido mi vigor; *
de ti será siempre mi alabanza.
Portento he sido a muchos, *
mas tú eres mi refugio y fortaleza.
Sea llena mi boca de tu alabanza, *
y de tu gloria todo el día.
No me deseches en la vejez; *
cuando mi fuerza se acabare, no me desampares;
Porque mis enemigos hablan contra mí, *
y los que acechan mi vida conspiran.
Dicen: “Dios lo ha desamparado; *
persíganlo y agárrenlo,
porque no hay quien lo defienda”.
Oh Dios, no te alejes de mí; *
Dios mío, apresúrate a socorrerme.
Sean avergonzados y deshonrados mis adversarios; *
queden cubiertos de desdén e improperio
los que buscan mi daño.
Mas yo con paciencia siempre esperaré, *
y te alabaré más y más.
Mi boca pregonará tus proezas
y tus hechos salvíficos todo el día, *
aunque no puedo enumerarlos.
Comenzaré con las proezas del Señor Dios; *
haré presente tu fidelidad, sólo la tuya.
Oh Dios, me has enseñado desde mi juventud, *
y aun hoy relato tus maravillas.
Ahora en la vejez y lleno de canas,
no me desampares, oh Dios, *
hasta que dé a conocer tu fortaleza a esta generación,
y tu poder a los que han de venir.
Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos; *
has hecho proezas;
¿quién como tú, oh Dios?
Tú me has hecho ver muchas angustias y males, *
pero volverás a darme vida,
y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
Aumentas mis fuerzas más y más; *
me abrazas y me consuelas.
Por tanto, te alabaré con lira por tu lealtad,
oh Dios mío; *
te cantaré con arpa, oh Santo de Israel.
Mis labios cantarán con júbilo,
cuando toque para ti, *
y también mi alma, la cual redimiste.
Mi lengua proclamará tu justicia todo el día, *
porque están avergonzados y deshonrados
los que buscaban mi vida.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Levítico 19:26-37
No coman nada encima de la sangre. No practiquen la hechicería ni la astrología. No rapen en redondo su cabeza ni corten los bordes de su barba. No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡Yo soy el Señor! No profanarás a tu hija, prostituyéndola, no sea que tu tierra se prostituya y se llene de depravación. Guarden mis sábados y respeten mi Santuario: ¡Yo soy el Señor! No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus; no los consulten no sea que con ellos se manchen: ¡Yo soy el Señor! Ponte en pie ante un anciano y honra a las personas mayores; esto es temer a tu Dios: ¡Yo soy el Señor! Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy el Señor, tu Dios! No cometan injusticia en los juicios, ni en medidas de longitud, de peso o capacidad; usen balanzas justas, peso, medida y sextuario justos: ¡Yo soy el Señor, el Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto! Guarden todas mis normas y mis mandamientos. Ustedes los pondrán en práctica: ¡Yo soy el Señor!»

Cántico de Moisés Cantemus Domino
Exodo 15:1-6, 11-13, 17-18

Cantaré al Señor, porque es excelso y sublime; *
caballos y jinetes ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi refugio es el Señor; *
él se hizo mi Salvador.
El es mi Dios; yo lo alabaré; *
el Dios de mis padres; yo lo ensalzaré.
El Señor es valiente en la batalla: *
su Nombre es YAHVÉ.
Los carros de Faraón y su ejército precipitó en el mar; *
lo mejor de los escuderos se lo tragó el Mar Rojo.
Los cubrió el abismo; *
hasta el fondo cayeron como piedra.
Tu diestra, Señor, es gloriosa en su fuerza; *
tu diestra, Señor, aplasta al enemigo.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, glorioso en santidad, *
venerado por sus hazañas loables, hacedor de maravillas?
Tendiste tu diestra; *
se los tragó la tierra.
Guiaste con tu misericordia al pueblo rescatado: *
lo llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas *
en el monte de tu heredad,
El lugar de descanso que te has preparado, *
el santuario, Señor, que tus manos fundaron.
El Señor reinará *
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

2 Tesalonicenses 1:1-12
Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, congregada en Dios nuestro Padre y en Cristo Jesús, el Señor: Reciban gracia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor. Debemos dar gracias a Dios en todo tiempo por ustedes, hermanos. Es justo hacerlo, ya que siguen progresando en la fe y crece el amor de cada uno a los hermanos. Nosotros mismos hablamos de ustedes con orgullo en las Iglesias de Dios porque se mantienen firmes y guardan su fe en medio de todas las persecuciones y pruebas que deben soportar. Estas han de ser para ustedes una muestra del justo juicio de Dios, pues deben mostrarse dignos de ese Reino de Dios por el cual ahora padecen. Pero también es justo que Dios devuelva sufrimientos a los perseguidores y que a ustedes, los perseguidos, les dé el descanso con nosotros el día en que el Señor Jesús se manifieste glorioso y venga del cielo rodeado de su corte de ángeles. Entonces la llama ardiente castigará a los que no reconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de Jesús, nuestro Señor. Serán condenados a la perdición eterna, lejos del rostro del Señor y de su Gloria irresistible. Vendrá aquel día para ser glorificado en sus santos y para que todos admiren su obra en los que creyeron, entre los que están ustedes, que acogieron nuestro testimonio. Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada y que, por su poder, lleve a efecto sus buenos propósitos, haciendo que su fe sea activa y eficiente. De ese modo el nombre de Jesús, nuestro Señor, será glorificado a través de ustedes y ustedes lo serán en él, por gracia de nuestro Dios y de Cristo Jesús, el Señor.

Gloria a Dios Gloria in excelsis

Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos,
te bendicimos,
te adoramos,
te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre:
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros:
Porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios todopoderoso, conocerte verdaderamente es vida eterna: Concede que conozcamos tan perfectamente que tu Hijo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que sigamos sus pasos con perseverancia en el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

Completas

completas

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
“Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?”
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?” *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

Vespertina, Miércoles, Pascua V

P1020338-1
Oración Vespertina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Confesión de Pecado
Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante Phos hilaron
Luz alegrante,
claridad pura del sempiterno Padre celestial,
Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,
y nuestros ojos miran la luz vespertina,
te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos
con voces gozosas,
oh Hijo de Dios, Dador de la vida;
por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 119:73-96
Yod
Tus manos me hicieron y me formaron; *
dame entendimiento para que aprenda tus mandamientos.
Los que te temen se alegrarán al verme, *
porque en tu palabra confío.
Yo sé, oh Señor, que tus juicios son justos, *
y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
Sea tu bondad mi consuelo, *
según la promesa hecha a tu siervo.
Venga a mí tu compasión, para que viva, *
porque tu ley es mi delicia.
Que se avergüencen los arrogantes, porque me han calumniado; *
pero yo meditaré en tus mandamientos.
Vuélvanse a mí los que te temen, *
y cuantos conocen tus decretos.
Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, *
para que no sea yo avergonzado.
Caf
Ansía mi alma tu salvación; *
he puesto mi esperanza en tu palabra.
Desfallecieron mis ojos, aguardando tu promesa, *
y digo: “¿Cuándo me consolarás?”
Soy como el odre al humo, *
pero no he olvidado tus estatutos.
¿Hasta cúando deberé aguardar? *
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
Los soberbios han cavado hoyos para mí; *
ellos no guardan tu ley.
Todos tus mandamientos son ciertos; *
ayúdame, pues sin causa me persiguen.
Casi me han acabado de la tierra, *
pero no he abandonado tus mandamientos.
Vivifícame conforme a tu bondad, *
para que guarde los decretos de tu boca.
Lámed
Tu palabra, oh Señor, es eterna, *
establecida es en los cielos.
Tu fidelidad perdura de generación en generación; *
tú afirmaste la tierra, y permanece.
Por tu decreto permanecen hasta hoy, *
porque todo está a tu servicio.
Si tu ley no hubiese sido mi delicia, *
en mi aflicción hubiera perecido.
Jamás me olvidaré de tus mandamientos, *
pues por ellos me das vida.
Tuyo soy; ¡ojalá me salvaras! *
porque estudio tus mandamientos.
Aunque los malvados me asechen para destruirme, *
yo consideraré tus decretos.
He visto que todas las cosas tienen fin, *
pero tus mandamientos son infinitos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

San Mateo 6:19-24
No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el muro y roban. Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones para romper el muro y robar. Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos están malos, todo tu cuerpo estará en obscuridad. Y si tu fuente de luz se ha obscurecido, ¡cuánto más tenebrosas serán tus tinieblas! Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero.

Cántico de María Magnificat
San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;
su Nombre es santo.
Su misericordia llega a sus fieles, *
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo; *
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos, *
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes, *
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, *
acordándose de la misericordia,
Como lo había prometido a nuestros padres, *
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

Que esta noche sea santa, buena y pacífica,
Te rogamos, Señor.
Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,
Te rogamos, Señor.
Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,
Te rogamos, Señor.
Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,
Te rogamos, Señor.
Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.
Te rogamos, Señor.
Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,
Te rogamos, Señor.

Dios todopoderoso, conocerte verdaderamente es vida eterna: Concede que conozcamos tan perfectamente que tu Hijo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que sigamos sus pasos con perseverancia en el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General
Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Mediodía

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Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119 Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *
y lumbrera en mi camino.
He jurado y estoy resuelto *
a guardar tus rectos juicios.
Afligido estoy en gran manera; *
vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.
Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *
y enséñame tus juicios.
Mi vida está siempre en peligro; *
por tanto no olvido tu ley.
Me tendieron lazo los malvados, *
pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Son tus decretos mi herencia eterna, *
en verdad, el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *
eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5
Demos gracias a Dios.

Demos gracias a Dios.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;
Y llegue a ti nuestro clamor.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, “La paz les dejo, mi paz les doy”: No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Matutina, Miércoles, Pascua V

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Oración Matutina Diaria

¡Aleluya! Cristo ha resucitado
¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya!

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.
Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

¡Aleluya! Es verdad, el Señor ha resucitado: vengan y adorémosle. ¡Aleluya!

Cristo Nuestra Pascua Pascha nostrum
Corintios 5:7-8; Romanos 6:9-11; Corintios 15:20-22

¡Aleluya!
Cristo, nuestra Pascua, se ha sacrificado por nosotros. *
¡Celebremos la fiesta!
No con la vieja levadura, la levadura de malicia y de maldad, *
sino con el pan ázimo de sinceridad y verdad. ¡Aleluya!

Cristo, siendo resucitado de los muertos, ya no muere; *
la muerte ya no tiene señorío sobre él.
Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, *
mas su vida es un vivir para Dios.
Así también ustedes, considérense muertos al pecado, *
pero vivos para Dios en Jesucristo nuestro Señor.
¡Aleluya!

Cristo ha sido resucitado de los muertos, *
primicia de los que durmieron;
Porque habiendo venido por un hombre la muerte, *
también por un hombre vino la resurrección de los muertos.
Pues así como en Adán mueren todos, *
así también en Cristo todos serán vivificados. ¡Aleluya!

Salmo 72
Oh Dios, da tu juicio al Rey, *
y tu justicia al Hijo del Rey;
Para que rija a tu pueblo con justicia, *
y a tus pobres con juicio;
Para que los montes traigan prosperidad a tu pueblo, *
y los collados justicia.
Defenderá a los necesitados del pueblo; *
rescatará a los pobres y aplastará al opresor.
Vivirá mientras duren el sol y la luna, *
de generación en generación.
Descenderá como el agua sobre el campo segado, *
como la lluvia que empapa la tierra seca.
En aquel día florecerán los justos, *
y habrá abundancia de paz, hasta que no haya luna.
Dominará de mar a mar, *
y del río hasta los confines de la tierra.
Ante él se postrarán sus adversarios, *
y sus enemigos lamerán el polvo.
Los reyes de Tarsis y de las islas le pagarán tributos, *
y los reyes de Sabá y de Arabia le ofrecerán dones.
Todos los reyes se postrarán delante de él, *
y todas las naciones le servirán;
Porque él librará al pobre que clamare, *
y al oprimido que no tuviere quien le socorra.
Tendrá compasión de los humildes y de los menesterosos; *
salvará la vida de los necesitados.
De opresión y violencia redimirá sus vidas, *
y la sangre de ellos será preciosa a sus ojos.
Viva el Rey! Que le traigan el oro de Sabá; *
que se ore por él continuamente,
y lo bendigan todo el día.
Que haya abundancia de grano en la tierra,
y sobrepase las cumbres de los montes; *
florezca su fruto como el Líbano,
y su grano como la hierba de la tierra.
Permanezca su Nombre para siempre,
y sea perpetuado mientras dure el sol; *
en él sean benditas todas las naciones,
y lo proclamen bienaventurado.
¡Bendito el Señor Dios, el Dios de Israel, *
el único que hace maravillas!
¡Bendito para siempre su Nombre glorioso! *
Toda la tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Levítico 19:1-18
El Señor dijo a Moisés: «Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sean santos, porque yo, el Señor, Dios de ustedes, soy Santo. Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy el Señor, su Dios! No se vuelvan hacia los ídolos ni se hagan dioses de metal fundido. ¡Yo soy el Señor, Dios de ustedes! Cuando sacrifiquen al Señor un sacrificio de comunión, háganlo de manera que le sea grato. Ustedes comerán de la víctima el mismo día en que la inmolen y al día siguiente, y lo que sobre hasta el tercer día será quemado. Es una cosa muy fea comerla el día tercero: la víctima deja de ser grata. El que la coma cargará con su pecado por haber profanado la santidad del Señor. Esta persona será borrada de entre los suyos.» «Cuando sea tiempo de cosechar, no siegues hasta la misma orilla del campo, ni recojas las espigas caídas. Tampoco rebusques en tus viñas, ni recojas de tus huertos las frutas caídas. Las dejarás al pobre y al forastero: ¡Yo soy el Señor, tu Dios! No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente. No jurarán en falso por mi Nombre porque esto sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy el Señor! No oprimirás ni despojarás a tu prójimo. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente. No gritarás maldiciones al sordo, ni pondrás obstáculos al ciego, sino que temerás a tu Dios. ¡Yo soy el Señor! No dictarás sentencias injustas. No harás favores al pobre, no te inclinarás ante el rico, sino que juzgarás con justicia a tu prójimo. No calumniarás a los de tu pueblo; tratándose de tu prójimo, no pedirás la pena capital. No odies en tu corazón a tu hermano; pero corrígelo, no sea que te hagas cómplice de sus faltas. No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy el Señor.

Tercer Cántico de Isaías Surge, illuminare
Isaías 60:13, 11a, 14c, 18-19

Surge, ilumina, pues ha llegado tu luz, *
y la gloria del Señor sobre ti ha amanecido.
Mira cómo las tinieblas cubren la tierra, *
y densa oscuridad a los pueblos.
Mas sobre ti amanece el Señor, *
y su gloria aparece sobre ti.
Correrán las naciones a tu luz, *
y los reyes a la claridad de tu alborada.
Abiertas de continuo estarán tus puertas; *
ni de día ni de noche se cerrarán.
Te llamarán la Ciudad del Señor, *
la Sión del Santo de Israel.
No se oirá más de violencia en tu tierra, *
ni de ruina o destrucción en tus fronteras.
Llamarás a tus murallas, Salvación, *
y a tus puertas, Alabanza.
El sol no será para ti ya más tu luz del día, *
ni de noche necesitarás el lustre de la luna.
Tendrás al Señor por luz eterna, *
y tu Dios será tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

1 Tesalonicenses 5:12-28
Hermanos, les rogamos que se muestren agradecidos con los que trabajan para ustedes, los dirigen en el Señor y los corrigen. Ténganles mucho aprecio y cariño por lo que hacen. Y vivan en paz entre ustedes. Les rogamos también, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, animen a los indecisos, sostengan a los débiles y tengan paciencia con todos. Cuiden que nadie devuelva a otro mal por mal, sino constantemente procuren el bien entre ustedes y con los demás. Estén siempre alegres, oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de cristianos. No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno. Eviten toda clase de mal, dondequiera lo encuentren. Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche en su espíritu, su alma y su cuerpo hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. El que los llamó es fiel y así lo hará. Hermanos, rueguen también por nosotros. Saluden a todos los hermanos con el beso santo. Les ordeno, en nombre del Señor, que se lea esta carta a todos los hermanos. Que la gracia de Cristo Jesús, nuestro Señor, sea con ustedes.

Cántico de Zacarías Benedictus Dominus Deus
San Lucas 1:68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
Suscitándonos un poderoso Salvador *
en la casa de David su siervo,
Según lo había predicho desde antiguo *
por boca de sus santos profetas.
Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos odian,
Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán;
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos, *
le sirvamos con santidad y justicia
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, *
Anunciando a su pueblo la salvación, *
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *
nos visitará el sol que nace de lo alto,
Para iluminar a los que viven en tinieblas y
en sombra de muerte, *
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
y nació de la Virgen María.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.
Fue crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos,
y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino,
tuyo es el poder,
y tuya es la gloria,
ahora y por siempre. Amén.

A
Señor, muéstranos tu misericordia;
Y concédenos tu salvación.
Reviste a tus ministros de justicia;
Que cante tu pueblo de júbilo.
Establece, Señor, la paz en todo el mundo;
Porque sólo en ti vivimos seguros.
Protege, Señor, a esta nación;
Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.
Que se conozcan en la tierra tus caminos;
Y entre los pueblos tu salvación.
Señor, que no se olvide a los necesitados;
Ni se arranque la esperanza a los pobres.
Señor, crea en nosotros un corazón limpio;
Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios todopoderoso, conocerte verdaderamente es vida eterna: Concede que conozcamos tan perfectamente que tu Hijo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, que sigamos sus pasos con perseverancia en el camino que conduce a la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.
Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo
Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

Completas

completas2

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;
Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión
Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:
Hemos pecado contra ti,
por nuestra propia culpa,
por pensamiento, palabra y obra,
y por lo que hemos dejado de hacer.
Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,
perdona nuestras ofensas
y concédenos que te sirvamos
en novedad de vida,
para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.
Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4 Cum invocarem
Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *
cuando estaba en angustia, tú me libraste;
ten misericordia de mí, y escucha mi oración.
“Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *
amarán la vanidad, y buscarán la mentira?”
Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *
el Señor oirá cuando yo a él clamare.
Tiemblen y no pequen; *
mediten en su corazón estando en su cama, y callen.
Ofrezcan sacrificios rectos, *
y confíen en el Señor.
Muchos son los que dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?” *
Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.
Tú diste alegría a mi corazón, *
mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *
porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134 Ecce nunc
Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *
los que de noche están de pie en la casa del Señor.
Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *
El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30
Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.
Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;
Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.
Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *
conforme a tu palabra, en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *
a quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones, *
y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.