Completas, la Fiesta de San Andrés, el primer Apóstol

SanAndrésApóstol

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;

Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión

Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:

Hemos pecado contra ti,

por nuestra propia culpa,

por pensamiento, palabra y obra,

y por lo que hemos dejado de hacer.

Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,

perdona nuestras ofensas

y concédenos que te sirvamos

en novedad de vida,

para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 91  Qui habitat

El que habita al abrigo del Altísimo, *

mora bajo la sombra del Omnipotente.

Dirá al Señor: “Refugio mío y castillo mío, *

mi Dios, en quien confío”.

El te librará del lazo del cazador, *

de la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá,

y debajo de sus alas estarás seguro; *

escudo y adarga será su fidelidad.

No temerás espanto nocturno, *

ni saeta que vuele de día;

Ni pestilencia que acecha en la oscuridad, *

ni enfermedad que a mediodía desola.

Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, *

mas a ti no te alcanzará.

Ciertamente con tus ojos mirarás, *

y verás la recompensa de los malvados;

Porque hiciste del Señor tu refugio, *

del Altísimo, tu habitación,

No te sobrevendrá mal alguno, *

ni plaga tocará tu morada.

Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, *

que te guarden en todos tus caminos.

En las manos te llevarán, *

para que tu pie no tropiece en piedra.

Sobre el león y el áspid pisarás; *

hollarás al cachorro del león y a la serpiente.

“Por cuanto ha hecho pacto de amor conmigo, yo lo libraré; *

lo protegeré, por cuanto ha conocido mi Nombre.

Me invocará, y yo le responderé; *

con él estaré en la angustia; lo libraré, y le glorificaré.

Lo saciaré de largos días, *

y le mostraré mi salvación”.

Salmo 134   Ecce nunc

Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *

los que de noche están de pie en la casa del Señor.

Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *

El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Tú estás entre nosotros, oh Señor, y sobre nosotros es invocado tu Nombre; no nos desampares, Señor nuestro Dios. Jeremías 14:9, 22

Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;

Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;

Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.

Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo

nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *

conforme a tu palabra, en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *

a quien has presentado ante todos los pueblos:

Luz para alumbrar a las naciones, *

y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

Vespertina, la Fiesta de San Andrés, el primer Apóstol

SanAndrés

Oración Vespertina Diaria

Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. San Juan 8:12

Confesión de Pecado

Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante   Phos hilaron

Luz alegrante,

claridad pura del sempiterno Padre celestial,

Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,

y nuestros ojos miran la luz vespertina,

te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,

Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos

con voces gozosas,

oh Hijo de Dios, Dador de la vida;

por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 96

Canten al Señor cántico nuevo;*

canten al Señor, toda la tierra.

Canten al Señor, bendigan su Nombre; *

proclamen de día en día su victoria.

Pregonen entre las naciones su gloria, *

en todos los pueblos sus maravillas;

Porque grande es el Señor, y muy digno de alabanza; *

más temible es que todos los dioses;

Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; *

pero es el Señor que ha hecho los cielos.

¡Oh, la majestad y la magnificencia de su presencia! *

¡Oh, la fuerza y el esplendor de su santuario!

Rindan al Señor, oh familias de los pueblos, *

rindan al Señor la honra y el poder.

Rindan al Señor la gloria debida a su Nombre; *

traigan ofrendas, y entren en sus atrios.

Adoren al Señor en la hermosura de la santidad; *

tiemble delante de él toda la tierra.

Pregonen entre las naciones: “El Señor es Rey; *

de tal manera ha afirmado el orbe que no será conmovido;

juzgará a los pueblos con equidad”.

Alégrense los cielos, y gócese la tierra;

truene la mar y su plenitud; *

regocíjese el campo, y todo lo que en él está.

Entonces aclamarán con júbilo todos los árboles del bosque,

delante del Señor cuando llegue, *

cuando llegue a juzgar la tierra.

Juzgará al mundo con justicia, *

y a los pueblos con SU verdad.

Salmo 100

Regocíjense en el Señor, pueblos todos; *

sirvan al Señor con alegría;

vengan ante su presencia con cánticos.

Sepan que el Señor es Dios; *

él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.

Entren por sus puertas con acción de gracias,

en sus atrios con alabanza; *

denle gracias, y bendigan su Nombre;

Porque el Señor es bueno;

para siempre es su misericordia; *

su fidelidad perdura de generación en generación.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo:

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Isaias 55:1-5

“Todos los que tengan sed, vengan a beber agua; 

los que no tengan dinero, vengan, 

consigan trigo de balde y coman; 

consigan vino y leche sin pagar nada. 

¿Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan? 

¿Por qué dar su salario por algo que no deja satisfecho? 

Óiganme bien y comerán buenos alimentos, 

comerán cosas deliciosas. 

Vengan a mí y pongan atención, 

escúchenme y vivirán. 

Yo haré con ustedes una alianza eterna, 

cumpliendo así las promesas que por amor hice a David. 

Yo lo puse a él como testigo para las naciones, 

como jefe e instructor de los pueblos. 

Tú llamarás a pueblos desconocidos; 

pueblos que no te conocían irán corriendo a ti, 

porque yo, tu Señor, el Dios Santo de Israel, 

te he honrado.”

Cántico de María   Magnificat

San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;

su Nombre es santo.

Su misericordia llega a sus fieles, *

de generación en generación.

El hace proezas con su brazo; *

dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos, *

y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes, *

y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, *

acordándose de la misericordia,

Como lo había prometido a nuestros padres, *

en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

San Juan 1:35-42

Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo: “¡Miren, ese es el Cordero de Dios!” Los dos seguidores de Juan lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les preguntó: “¿Qué están buscando?” Ellos dijeron: “Maestro, ¿dónde vives?” Jesús les contestó: “Vengan a verlo.” Fueron, pues, y vieron dónde vivía, y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Al primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).” Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús; cuando Jesús lo vio, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa: Pedro).”

Cántico de Simeón    Nunc dimittis

San Lucas 2:29-32

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *

conforme a tu palabra, en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *

a quien has presentado ante todos los pueblos:

Luz para alumbrar a las naciones, *

y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

B

V. Que esta noche sea santa, buena y pacífica,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,

R. Te rogamos, Señor.

Dios todopoderoso, que diste a tu apóstol Andrés una gracia tal que prestamente obedeció el llamado de tu Hijo Jesucristo y trajo a su hermano con él: Concédenos, a los llamados por tu Santo Verbo, la gracia para seguirle sin demora y traer a su bondadosa presencia a los que amamos; por aquél que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General

Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Mediodía, la Fiesta de San Andrés, el primer Apóstol

FiestadeSanAndrés

Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 126   In convertendo

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *

éramos como los que sueñan.

Entonces nuestra boca se llenó de risa, *

y nuestra lengua de gritos de alegría.

Y decían entre las naciones: *

“Ha hecho el Señor proezas con ellos”.

Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *

y estamos sumamente alegres.

Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *

como los torrentes del Neguev.

Los que sembraron con lágrimas, *

con gritos de alegría segarán.

Los que van llorando, llevando la semilla, *

volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación. 2 Corintios 5:17-18

Demos gracias a Dios.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;

Y llegue a ti nuestro clamor.

Bendito Salvador, en esta hora colgabas en la cruz, extendiendo tus brazos amorosos: Concede que todos los pueblos de la tierra miren hacia ti y sean salvos; por tu entrañable misericordia. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Matutina, la Fiesta de San Andrés, el primer Apóstol

AndresApostol_30Noviembre

Oración Matutina Diaria

Ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. Efesios 2:19

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Venite    Salmo 95:1-7

Vengan, cantemos alegremente al Señor; *

aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.

Lleguemos ante su presencia con alabanza,  *

vitoreándole con cánticos;

Porque el Señor es Dios grande, *

y Rey grande sobre todos los dioses.

En su mano están las profundidades de la tierra, *

y las alturas de los montes son suyas.

Suyo el mar, pues él lo hizo, *

y sus manos formaron la tierra seca.

Vengan, adoremos y postrémonos; *

arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;

Porque él es nuestro Dios;

nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *

¡Ojalá escuchen hoy su voz!

¡Aleluya! El Señor es glorios en sus santos: vengan y adorémosle. ¡Aleluya!

Salmo 34

Bendeciré al Señor en todo tiempo; *

su alabanza estará siempre en mi boca.

En el Señor me gloriaré; *

lo oigan los mansos y se regocijen.

Proclamen conmigo la grandeza del Señor; *

ensalcemos a una su Nombre.

Busqué al Señor y él me respondió, *

y me libró de todos mis temores.

A él miren y sean alumbrados, *

y sus rostros no se avergüencen.

Este pobre clamó, y el Señor le oyó, *

y lo libró de todas sus angustias.

El ángel del Señor acampa en derredor de los que le temen,*

y los libertará.

Gusten, y vean que es bueno el Señor; *

dichosos los que en el confían.

Teman al Señor, ustedes sus santos, *

pues nada falta a los que le temen.

Los leoncillos necesitan, y tienen hambre, *

pero los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien.

Vengan, hijos, y escúchenme; *

el temor del Señor les enseñaré.

¿Hay alguien que ame la vida, *

y desee muchos días para ver el bien ?

Guarda tu lengua del mal, *

y tus labios de hablar engaño.

Apártate del mal, y haz el bien; *

busca la paz, y síguela.

Los ojos del Señor están sobre los justos, *

y atentos sus oídos a su clamor.

La ira del Señor contra los que mal hacen, *

para borrar de la tierra su memoria.

Claman los justos, y el Señor escucha, *

y los libra de todas sus angustias.

Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, *

y salvará a los humildes de espíritu.

Muchos son las aflicciones de los justos, *

pero de todas ellas les librará el Señor.

El guarda todos sus huesos; *

ni uno de ellos será quebrantado.

Matará al malo la maldad, *

y los que aborrecen al justo serán condenados.

El Señor redime la vida de sus siervos, *

y no serán condenados los que en él confían.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Isaías 49:1-6

Óiganme, países del mar, 

préstenme atención, naciones lejanas: 

El Señor me llamó desde antes de que yo naciera; 

pronunció mi nombre 

cuando aún estaba yo en el seno de mi madre. 

Convirtió mi lengua en espada afilada, 

me escondió bajo el amparo de su mano, 

me convirtió en una flecha aguda 

y me guardó en su aljaba. 

Me dijo: “Israel, tú eres mi siervo, 

en ti me mostraré glorioso.” 

Y yo que había pensado: “He pasado trabajos en vano, 

he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.” 

En realidad mi causa está en manos del Señor, 

mi recompensa está en poder de mi Dios. 

He recibido honor delante del Señor mi Dios, 

pues él ha sido mi fuerza. 

El Señor, que me formó desde el seno de mi madre 

para que fuera su siervo, 

para hacer que Israel, el pueblo de Jacob, 

se vuelva y se una a él, 

dice así: 

“No basta que seas mi siervo 

solo para restablecer las tribus de Jacob 

y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; 

yo haré que seas la luz de las naciones, 

para que lleves mi salvación 

hasta las partes más lejanas de la tierra.” 

Cántico de Alabanza    Benedictus es, Domine

Daniel (dc) 3:26, 52-56

Bendito eres tú, Señor Dios de nuestros padres; *

digno de alabanza, eres bendito.

Bendito el fulgor de tu santo Nombre, *

alabado y exaltado sobre todo para siempre.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria, *

en el trono de tu reino eres bendito.

Bendito eres, sentado sobre querubines, *

alabado y exaltado sobre todo para siempre.

Bendito tú, que sondeas los abismos; *

en la bóveda celeste eres bendito.

Bendito tú: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *

alabado y exaltado sobre todo para siempre.

1 Corintios 4:1-16

Ustedes deben considerarnos simplemente como ayudantes de Cristo, encargados de enseñar los designios secretos de Dios. Ahora bien, el que recibe un encargo debe demostrar que es digno de confianza. En cuanto a mí respecta, muy poco me preocupa ser juzgado por ustedes o por algún tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. Sin embargo, el que mi conciencia no me acuse de nada no significa que yo por esto sea inocente. Pues el que me juzga es el Señor. Por lo tanto, no juzguen ustedes nada antes de tiempo; esperen a que el Señor venga y saque a la luz lo que ahora está en la oscuridad y dé a conocer las intenciones del corazón. Entonces Dios dará a cada uno la alabanza que merezca. Hermanos, les hablo de estas cosas por su propio bien y poniendo como ejemplo a Apolo y a mí mismo. Lo digo para que por nuestro ejemplo aprendan ustedes a no ir más allá de lo que está escrito, y para que nadie se hinche de orgullo, favoreciendo a uno en perjuicio de otro. Pues, ¿quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no te haya dado? Y si él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras conseguido por ti mismo? Al parecer, ustedes ya son ricos, y tienen todo lo que pueden desear, y se sienten como reyes que nada necesitan de nosotros. ¡Ojalá fueran reyes de verdad, para que nosotros tuviéramos parte en su reino! Pues me parece que a nosotros, los apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como si fuéramos condenados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. Nosotros, por causa de Cristo, pasamos por tontos; mientras que ustedes, gracias a Cristo, pasan por inteligentes. Nosotros somos débiles, mientras que ustedes son fuertes. A nosotros se nos desprecia, y a ustedes se les respeta. Hasta hoy mismo no hemos dejado de sufrir hambre, sed y falta de ropa; la gente nos maltrata, no tenemos hogar propio y nos cansamos trabajando con nuestras propias manos. A las maldiciones respondemos con bendiciones; somos perseguidos, y lo soportamos. Nos injurian, y contestamos con bondad. Nos tratan como a basura del mundo, como a desperdicio de la humanidad. Y así hasta el día de hoy. No les escribo esto para avergonzarlos, sino para darles un consejo, como a mis propios hijos, pues los amo. Pues aunque ustedes, como cristianos, tengan diez mil instructores, padres no tienen muchos. Padre de ustedes soy yo, pues les anuncié el evangelio por el cual quedaron incorporados a Cristo Jesús. Así pues, les ruego que sigan mi ejemplo.

Cántico al Cordero    Dignus es

Apocalipsis 4:11; 5:9-10, 13

Digno es, Señor nuestro Dios, *

atribuirte la gloria, el honor y el poder;

Porque tú has creado el universo, *

y por tu voluntad existió y fue creado.

Y digno es atribuir lo mismo a ti, Cordero inmolado, *

porque con tu sangre compraste para Dios,

De toda raza, lengua, pueblo y nación, *

un reino de sacerdotes para servir a nuestro Dios.

Por tanto, al que está sentado en el trono, *

y a Cristo el Cordero,

Sean adoración y honor, gloria y señorío, *

por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

A

V. Señor, muéstranos tu misericordia;

R. Y concédenos tu salvación.

V. Reviste a tus ministros de justicia;

R. Que cante tu pueblo de júbilo.

V. Establece, Señor, la paz en todo el mundo;

R. Porque sólo en ti vivimos seguros.

V. Protege, Señor, a esta nación;

R. Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.

V. Que se conozcan en la tierra tus caminos;

R. Y entre los pueblos tu salvación.

V. Señor, que no se olvide a los necesitados;

R. Ni se arranque la esperanza a los pobres.

V. Señor, crea en nosotros un corazón limpio;

R. Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios todopoderoso, que diste a tu apóstol Andrés una gracia tal que prestamente obedeció el llamado de tu Hijo Jesucristo y trajo a su hermano con él: Concédenos, a los llamados por tu Santo Verbo, la gracia para seguirle sin demora y traer a su bondadosa presencia a los que amamos; por aquél que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso, danos gracia para despojarnos de las obras de las tinieblas y revestirnos con las armas de la luz, ahora en esta vida mortal, en la cual Jesucristo tu Hijo, con gran humildad, vino a visitarnos; a fin de que en el día postrero, cuando vuelva con majestad gloriosa a juzgar a vivos y muertos, resucitemos a la vida inmortal; mediante él, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

Completas

Completas 1

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;

Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión

Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:

Hemos pecado contra ti,

por nuestra propia culpa,

por pensamiento, palabra y obra,

y por lo que hemos dejado de hacer.

Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,

perdona nuestras ofensas

y concédenos que te sirvamos

en novedad de vida,

para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4   Cum invocarem

Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *

cuando estaba en angustia, tú me libraste;

ten misericordia de mí, y escucha mi oración.

“Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *

amarán la vanidad, y buscarán la mentira?”

Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *

el Señor oirá cuando yo a él clamare.

Tiemblen y no pequen; *

mediten en su corazón estando en su cama, y callen.

Ofrezcan sacrificios rectos, *

y confíen en el Señor.

Muchos son los que dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?” *

Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.

Tú diste alegría a mi corazón, *

mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *

porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134   Ecce nunc

Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *

los que de noche están de pie en la casa del Señor.

Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *

El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30

Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;

Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;

Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.

Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *

conforme a tu palabra, en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *

a quien has presentado ante todos los pueblos:

Luz para alumbrar a las naciones, *

y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

Vespertina, el Miércoles de la última semana de la época de Pentecostés

VesMiércoProp29

Oración Vespertina Diaria

Ascienda mi oración como incienso ante tu presencia, el alzar de mis manos como el sacrificio vespertino. Salmo 141:2

Confesión de Pecado

Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante   Phos hilaron

Luz alegrante,

claridad pura del sempiterno Padre celestial,

Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,

y nuestros ojos miran la luz vespertina,

te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,

Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos

con voces gozosas,

oh Hijo de Dios, Dador de la vida;

por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 128

¡Dichosos todos los que temen al Señor; *

y andan en sus caminos!

Comerás el fruto de tu trabajo; *

dicha y prosperidad tendrás.

Tu mujer será como parra fecunda

en medio de tu casa, *

tus hijos como renuevos de olivo

alrededor de tu mesa.

Así será bendecido el hombre *

que teme al Señor.

Bendígate el Señor desde Sion, *

y veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida.

Que veas los hijos de tus hijos, *

y la paz sea sobre Israel.

Salmo 129

“Mucho me han oprimido desde mi juventud”, *

diga ahora Israel;

“Mucho me han oprimido desde mi juventud, *

mas no prevalecieron contra mí”.

Sobre mis espaldas araron los aradores, *

y alargaron sus surcos.

El Señor, el Justo, *

ha cortado las coyundas de los malvados.

Sean avergonzados y vueltos atrás *

cuantos aborrecen a Sión.

Sean como la hierba de los tejados, *

que se marchita antes que se le segue;

Que no llena la mano del segador, *

ni el pecho del que ata las gavillas;

De modo que los que pasan ni siquiera dicen:

“Bendígate el Señor. *

Te deseamos buena suerte en el Nombre del Señor”.

Salmo 130

De lo profundo, oh Señor, a ti clamo;

Señor, escucha mi voz; *

estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.

Si tú, oh Señor, notares los delitos, *

¿quién, oh Señor, podrá mantenerse?

Mas en ti hay perdón, *

por tanto serás venerado.

Aguardo al Señor; le aguarda mi alma; *

en su palabra está mi esperanza.

Mi alma aguarda al Señor,

más que los centinelas a la aurora, *

más que los centinelas a la aurora.

Oh Israel, aguarda al Señor, *

porque en el Señor hay misericordia;

Con él hay abundante redención, *

y él redimirá a Israel de todos sus pecados.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: 

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

San Mateo 19:23-30

Jesús dijo entonces a sus discípulos: “Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.” Al oírlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?” Jesús los miró y les contestó: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.” Pedro le dijo entonces: “Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. ¿Qué vamos a recibir?” Jesús les respondió: “Les aseguro que cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros.”

Cántico de María   Magnificat

San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;

su Nombre es santo.

Su misericordia llega a sus fieles, *

de generación en generación.

El hace proezas con su brazo; *

dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos, *

y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes, *

y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, *

acordándose de la misericordia,

Como lo había prometido a nuestros padres, *

en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

B

V. Que esta noche sea santa, buena y pacífica,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,

R. Te rogamos, Señor.

Oh Señor Dios eterno, que mantienes en vida a todas las almas: Concede a toda tu Iglesia en el paraíso y en la tierra tu luz y tu paz; y permite que, siguiendo los buenos ejemplos de los que te han servido aquí y ahora descansan, podamos al fin entrar con ellos a tu gozo eterno; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Dios omnipotente y eterno, cuya voluntad es restaurar todas las cosas en tu muy amado Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores: Concede, de tu piedad, que todos los pueblos de la tierra, divididos y esclavizados por el pecado, sean libertados y unificados bajo su reino de amor; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General

Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21

Mediodía

Mediodía 1

Oficio para el Mediodía

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 119    Lucerna pedibus meis

Lámpara es a mis pies tu palabra, *

y lumbrera en mi camino.

He jurado y estoy resuelto *

a guardar tus rectos juicios.

Afligido estoy en gran manera; *

vivifícame, oh Señor, conforme a tu palabra.

Acepta, oh Señor, la ofrenda voluntaria de mis labios, *

y enséñame tus juicios.

Mi vida está siempre en peligro; *

por tanto no olvido tu ley.

Me tendieron lazo los malvados, *

pero yo no me desvié de tus mandamientos.

Son tus decretos mi herencia eterna, *

en verdad, el gozo de mi corazón.

Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos, *

eternamente y hasta el fin.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5

Demos gracias a Dios.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración;

Y llegue a ti nuestro clamor.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles, “La paz les dejo, mi paz les doy”: No mires nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia; y concédenos la paz y la unidad de esa Ciudad celestial; donde con el Padre y el Espíritu Santo tú vives y reinas ahora y por siempre. Amén.

Se puede ofrecer intercesiones libres.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Matutina, el Miércoles de la última semana de la época de Pentecostés

MatMiércoProp29

Oración Matutina Diaria

No entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Hebreos 9:24

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

La misericordia del Señor es para siempre: vengan y adorémosle.

Venite  Salmo 95:1-7

Vengan, cantemos alegremente al Señor; *

aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.

Lleguemos ante su presencia con alabanza,  *

vitoreándole con cánticos;

Porque el Señor es Dios grande, *

y Rey grande sobre todos los dioses.

En su mano están las profundidades de la tierra, *

y las alturas de los montes son suyas.

Suyo el mar, pues él lo hizo, *

y sus manos formaron la tierra seca.

Vengan, adoremos y postrémonos; *

arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;

Porque él es nuestro Dios;

nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *

¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Salmo 119:145-176

Cof

Clamo con todo mi corazón; *

respóndeme, oh Señor, y guardaré tus estatutos.

A ti clamo; ¡oh, que tú me salvaras! *

Guardaré tus decretos.

Me anticipo al alba, pidiendo socorro, *

porque en tu palabra espero.

Velan mis ojos en las vigilias de la noche, *

para meditar en tu promesa.

Escucha mi voz, oh Señor, conforme a tu misericordia; *

según tus juicios, vivifícame.

Se acercan los que me persiguen con malicia; *

están muy lejos de tu ley.

Cercano estás tú, oh Señor, *

y todos tus mandamientos son verdad.

Por tus decretos hace mucho he sabido *

que los has establecido para siempre.

Resh

Mira mi humillación y líbrame, *

porque no olvido tu ley.

Defiende mi causa y redímeme; *

dame vida conforme a tu promesa.

Lejos está de los malvados la salvación, *

porque no estudian tus estatutos.

Grande es tu compasión, oh Señor; *

preserva mi vida conforme a tus juicios.

Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, *

mas de tus decretos no me he apartado.

Veo a los infieles, y me disgusto, *

porque no han guardado tu palabra.

¡Mira, oh Señor, cómo amo tus mandamientos!  *

Por tu misericordia, preserva mi vida.

La esencia de tu palabra es la verdad; *

eternos son todos tus justos juicios.

Sin

Príncipes me han perseguido sin causa, *

pero mi corazón teme tu palabra.

Me regocijo tanto en tu promesa *

como el que halla muchos despojos.

La mentira aborrezco y abomino, *

pero tu ley yo amo.

Siete veces al día te alabo, *

a causa de tus justos juicios.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, *

y no hay para ellos tropiezo.

Tu salvación he esperado, oh Señor, *

y he cumplido tus mandamientos.

He guardado tus decretos, *

y los he amado en gran manera.

He guardado tus mandamientos y tus decretos, *

porque todos mis caminos están delante de ti.

Tau

Llegue mi clamor delante de ti, oh Señor; *

dame entendimiento conforme a tu palabra.

Entre mi súplica en tu presencia; *

líbrame conforme a tu promesa.

De mis labios brotará tu alabanza, *

cuando me enseñes tus estatutos.

Cantará mi lengua de tu promesa, *

porque todos tus mandamientos son justos.

Esté tu mano pronta para socorrerme, *

porque tus mandamientos he escogido.

Ansío tu salvación, oh Señor, *

y tu ley es mi delicia.

Viva mi alma para alabarte, *

y tus juicios me ayuden.

Me extravié como oveja perdida; *

busca a tu siervo porque no olvido tus mandamientos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Abdías 15-21

Lo mismo que hiciste con otros, se hará contigo: ¡recibirás tu merecido! “Ya está cerca el día del Señor para todas las naciones. Como fue de amarga la copa que ustedes bebieron en mi santo monte, así de amarga será la copa que las demás naciones beberán sorbo a sorbo; y desaparecerán por completo. Pero el monte Sión será un lugar santo adonde algunos lograrán escapar. Los descendientes de Jacob recobrarán sus tierras; los descendientes de Jacob y de José serán fuego y serán llama, y los de Esaú serán estopa que aquel fuego devorará completamente. ¡Ninguno de los de Esaú se salvará! Yo, el Señor, lo he dicho.” Los israelitas del Négueb tomarán posesión de la región montañosa de Esaú, y los de la llanura se apoderarán del territorio de los filisteos. También tomarán posesión de las tierras de Efraín y del territorio de Samaria, y los de Benjamín se apoderarán de Galaad. Esta multitud de israelitas desterrados tomará posesión del territorio de los cananeos hasta Sarepta, y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad tomarán posesión de las ciudades del Négueb. Subirán victoriosos al monte Sión para dictar sentencia contra los de la región montañosa de Esaú, y el Señor será quien reine.

Tercer Cántico de Isaías   Surge, illuminare

Isaías 60:13, 11a, 14c, 18-19

Surge, ilumina, pues ha llegado tu luz, *

y la gloria del Señor sobre ti ha amanecido.

Mira cómo las tinieblas cubren la tierra, *

y densa oscuridad a los pueblos.

Mas sobre ti amanece el Señor, *

y su gloria aparece sobre ti.

Correrán las naciones a tu luz, *

y los reyes a la claridad de tu alborada.

Abiertas de continuo estarán tus puertas; *

ni de día ni de noche se cerrarán.

Te llamarán la Ciudad del Señor, *

la Sión del Santo de Israel.

No se oirá más de violencia en tu tierra, *

ni de ruina o destrucción en tus fronteras.

Llamarás a tus murallas, Salvación, *

y a tus puertas, Alabanza.

El sol no será para ti ya más tu luz del día, *

ni de noche necesitarás el lustre de la luna.

Tendrás al Señor por luz eterna, *

y tu Dios será tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

1 San Pedro 2:1-10

Por lo tanto, despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes. Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor. Acérquense, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y de mucho valor. De esta manera, Dios hará de ustedes, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo, que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios. Por eso también dice la Escritura: “Yo pongo en Sión una piedra que es la piedra principal, escogida y muy valiosa; el que confíe en ella no quedará defraudado.” Para ustedes, que creen, esa piedra es de mucho valor; pero para los que no creen se cumple lo que dice la Escritura: “La piedra que los constructores despreciaron, se ha convertido en la piedra principal.” Y también esto otro: “Una roca, una piedra con la cual tropezarán.” Pues ellos tropiezan al no hacer caso del mensaje: ese es su merecido. Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes Dios no les tenía compasión, pero ahora les tiene compasión.

Cántico de Zacarías   Benedictus Dominus Deus

San Lucas 1:68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, *

porque ha visitado y redimido a su pueblo,

Suscitándonos un poderoso Salvador *

en la casa de David su siervo,

Según lo había predicho desde antiguo *

por boca de sus santos profetas.

Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos,

y de la mano de todos los que nos odian,

Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán;

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos, *

le sirvamos con santidad y justicia

en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, *

porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, *

Anunciando a su pueblo la salvación, *

el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, *

nos visitará el sol que nace de lo alto,

Para iluminar a los que viven en tinieblas y

en sombra de muerte, *

para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

A

V. Señor, muéstranos tu misericordia;

R. Y concédenos tu salvación.

V. Reviste a tus ministros de justicia;

R. Que cante tu pueblo de júbilo.

V. Establece, Señor, la paz en todo el mundo;

R. Porque sólo en ti vivimos seguros.

V. Protege, Señor, a esta nación;

R. Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.

V. Que se conozcan en la tierra tus caminos;

R. Y entre los pueblos tu salvación.

V. Señor, que no se olvide a los necesitados;

R. Ni se arranque la esperanza a los pobres.

V. Señor, crea en nosotros un corazón limpio;

R. Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Dios omnipotente y eterno, cuya voluntad es restaurar todas las cosas en tu muy amado Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores: Concede, de tu piedad, que todos los pueblos de la tierra, divididos y esclavizados por el pecado, sean libertados y unificados bajo su reino de amor; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

Completas

Completas 2

Oficio de Completas

El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y un perfecto fin. Amén.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor;

Que hizo el cielo y la tierra.

Confesión

Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial:

Hemos pecado contra ti,

por nuestra propia culpa,

por pensamiento, palabra y obra,

y por lo que hemos dejado de hacer.

Por amor de tu Hijo nuestro Señor Jesucristo,

perdona nuestras ofensas

y concédenos que te sirvamos

en novedad de vida,

para gloria de tu Nombre. Amén

Que el Dios todopoderoso nos conceda el perdón de todos nuestros pecados, y la gracia y fortaleza del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Salmo 4   Cum invocarem

Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia; *

cuando estaba en angustia, tú me libraste;

ten misericordia de mí, y escucha mi oración.

“Mortales, ¿hasta cuándo volverán mi honra en infamia, *

amarán la vanidad, y buscarán la mentira?”

Sepan, pues, que el Señor ha escogido a los fieles para sí; *

el Señor oirá cuando yo a él clamare.

Tiemblen y no pequen; *

mediten en su corazón estando en su cama, y callen.

Ofrezcan sacrificios rectos, *

y confíen en el Señor.

Muchos son los que dicen: “¿Quién nos mostrará el bien?” *q

Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro.

Tú diste alegría a mi corazón, *

mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

En paz me acostaré, y en seguida dormiré; *

porque sólo tú, oh Señor, me haces vivir seguro.

Salmo 134   Ecce nunc

Y ahora bendigan al Señor, siervos todos del Señor, *

los que de noche están de pie en la casa del Señor.

Eleven las manos hacia el santuario, y bendigan al Señor. *

El Señor que hizo los cielos y la tierra, te bendiga desde Sión.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga. San Mateo 11:28-30

Demos gracias a Dios.

Puede cantarse un himno adecuado para la noche.

En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu;

Tú me has redimido, oh Señor, Dios de verdad.

Guárdanos, oh Señor, como a la niña de tus ojos;

Escóndenos bajo la sombra de tus alas.

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Señor, escucha nuestra oración.

Y llegue a ti nuestro clamor.

Visita, oh Señor, este lugar, y ahuyenta de él todas las asechanzas del enemigo; que tus santos ángeles moren con nosotros para preservarnos en paz; y que tu bendición sea siempre sobre nosotros; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, tu providencia inagotable sustenta al mundo en que vivimos y aun nuestra propia vida: Vela, de día y de noche, por los que trabajan mientras otros duermen, y concede que jamás olvidemos que nuestra vida común depende de nuestras faenas mutuas; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Puede observarse una pausa, durante la cual se puede ofrecer intercesiones y acciones de gracias espontáneas.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Ahora despides, Señor, a tu siervo, *

conforme a tu palabra, en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador, *

a quien has presentado ante todos los pueblos:

Luz para alumbrar a las naciones, *

y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos; que despiertos velemos con Cristo, y dormidos descansemos en paz.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos bendiga y nos guarde. Amén.

Vespertina, el Martes de la última semana de la época de Pentecostés

VesMarProp29

Oración Vespertina Diaria

Ascienda mi oración como incienso ante tu presencia, el alzar de mis manos como el sacrificio vespertino. Salmo 141:2

Confesión de Pecado

Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el corazón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría y andaremos por tus caminos, para gloria de tu Nombre. Amén.

Dios omnipotente tenga misericordia de nosotros, perdone todos nuestros pecados por Jesucristo nuestro Señor, nos fortalezca en toda bondad y por el poder del Espíritu Santo, nos conserve en la vida eterna. Amén.

Oh Dios, dígnate librarnos.

Señor, apresúrate a socorrernos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Luz Alegrante   Phos hilaron

Luz alegrante,

claridad pura del sempiterno Padre celestial,

Jesucristo, santo y bendito:

Ahora que hemos llegado al ocaso del sol,

y nuestros ojos miran la luz vespertina,

te alabamos con himnos, oh Dios: Padre,

Hijo y Espíritu Santo.

Digno eres de ser alabado en todos los tiempos

con voces gozosas,

oh Hijo de Dios, Dador de la vida;

por tanto te glorifica el universo entero.

Salmo 124

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, *

diga ahora Israel;

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, *

cuando los enemigos se levantaron contra nosotros;

Entonces nos habrían tragado vivos, *

cuando se encendió su furor contra nosotros;

Entonces nos habrían sumergido las aguas, *

hasta el cuello habría subido el torrente;

Entonces hasta el cuello habrían subido *

las aguas furiosas.

¡Bendito sea el Señor! *

No nos ha dado por presa a sus dientes.

Hemos escapado cual ave de la trampa del cazador; *

se rompió la trampa, y hemos escapado.

Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor, *

que hizo los cielos y la tierra.

Salmo 125

Los que confían en el Señor son como el monte Sión, *

que no será movido, sino que permanece para siempre.

Los montes rodean a Jerusalén; *

así el Señor rodea a su pueblo,

desde ahora y para siempre.

No pesará el cetro de los malvados

sobre la heredad de los justos; *

no sea que extiendan los justos sus manos a la maldad.

Haz bien, oh Señor, a los buenos, *

y a los que son rectos de corazón;

Mas a los que se desvían por sendas tortuosas,

el Señor los llevará con los malhechores, *

pero la paz sea sobre Israel.

Salmo 126

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, *

éramos como los que sueñan.

Entonces nuestra boca se llenó de risa, *

y nuestra lengua de gritos de alegría.

Y decían entre las naciones: *

“Ha hecho el Señor proezas con ellos”.

Proezas ha hecho el Señor con nosotros, *

y estamos sumamente alegres.

Tú, oh Señor, has cambiado nuestra suerte, *

como los torrentes del Neguev.

Los que sembraron con lágrimas, *

con gritos de alegría segarán.

Los que van llorando, llevando la semilla, *

volverán entre cantares, trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

San Mateo 19:13-22

Llevaron unos niños a Jesús, para que pusiera sobre ellos las manos y orara por ellos; pero los discípulos comenzaron a reprender a quienes los llevaban. Entonces Jesús dijo: “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.” Puso las manos sobre los niños, y se fue de aquel lugar. Un joven fue a ver a Jesús, y le preguntó: “Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna? Jesús le contestó: “¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.” “¿Cuáles?” preguntó el joven. Y Jesús le dijo: “‘No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.'” “Todo eso ya lo he cumplido” dijo el joven. “¿Qué más me falta?” Jesús le contestó: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.” Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico.

Cántico de María   Magnificat

San Lucas 1:46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, *

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, *

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí;

su Nombre es santo.

Su misericordia llega a sus fieles, *

de generación en generación.

El hace proezas con su brazo; *

dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos, *

y enaltece a los humildes.

A los hambrientos los colma de bienes, *

y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, *

acordándose de la misericordia,

Como lo había prometido a nuestros padres, *

en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

B

V. Que esta noche sea santa, buena y pacífica,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tus santos ángeles nos conduzcan por los senderos de paz y de benevolencia,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que nos perdones y absuelvas de nuestros pecados y ofensas,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que haya paz para tu Iglesia y para todo el mundo,

R. Te rogamos, Señor.

V. Que partamos de esta vida en tu fe y temor, y no seamos condenados ante el gran tribunal de Cristo.

R. Te rogamos, Señor.

V. Que tu Espíritu Santo nos una en la comunión de todos tus santos, encomendándonos los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo,

R. Te rogamos, Señor.

Dios omnipotente y eterno, cuya voluntad es restaurar todas las cosas en tu muy amado Hijo, el Rey de reyes y Señor de señores: Concede, de tu piedad, que todos los pueblos de la tierra, divididos y esclavizados por el pecado, sean libertados y unificados bajo su reino de amor; quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Oh Dios, tú eres la vida de los que viven, la luz de los fieles, la fortaleza de los que trabajan, y el descanso de los muertos: Te damos gracias por las bendiciones del día que termina, y humildemente te suplicamos nos des tu protección durante la noche que comienza. Llévanos en seguridad hasta las horas del alba; por aquél que murió y resucitó por nosotros, tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo. Amén.

Quédate con nosotros, Señor Jesús, ahora que la noche se acerca y ha pasado el día. Sé nuestro compañero en el camino, enciende nuestros corazones, y despierta la esperanza, para que te conozcamos tal como te revelas en las Escrituras y en la fracción del pan. Concede esto por amor de tu Nombre. Amén.

Vela, oh amantísimo Señor, con los que trabajan, o velan, o lloran esta noche. A tus ángeles manda que guarden a los que duermen. Cuida a los enfermos, Cristo Señor; otorga reposo a los cansados, bendice a los moribundos, consuela a los que sufren, compadécete de los afligidos, escuda a los gozosos. Todo esto te pedimos por tu gran amor. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias.

Acción de Gracias en General

Dios omnipotente, Padre de toda misericordia, nosotros, indignos siervos tuyos, humildemente te damos gracias por todo tu amor y benignidad a nosotros y a todos los seres humanos. Te bendecimos por nuestra creación, preservación y todas las bendiciones de esta vida; pero sobre todo por tu amor inmensurable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo; por los medios de gracia, y la esperanza de gloria. Y te suplicamos nos hagas conscientes de tus bondades de tal manera que, con un corazón verdaderamente agradecido, proclamemos tus alabanzas, no sólo con nuestros labios, sino también con nuestras vidas, entregándonos a tu servicio y caminando en tu presencia, en santidad y justicia, todos los días de nuestra vida; por Jesucristo nuestro Señor, a quien, contigo y el Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

Gloria a Dios, cuyo poder, actuando en nosotros, puede realizar todas las cosas infinitamente mejor de lo que podemos pedir o pensar: Gloria a él en la Iglesia de generación en generación, y en Cristo Jesús por los siglos de los siglos. Amén. Efesios 3:20, 21