Matutina, el Sábado de la tercera semana de Adviento

MatSábAdvientoIII

Oración Matutina Diaria

Se manifestará la gloria del Señor, y toda carne juntamente la verá. Isaías 40:5

Invitatorio y Salterio

Señor, abre nuestros labios.

Y nuestra boca proclamará tu alabanza.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. ¡Aleluya!

Venite    Salmo 95:1-7

Vengan, cantemos alegremente al Señor; *

aclamemos con júbilo a la Roca que nos salva.

Lleguemos ante su presencia con alabanza,  *

vitoreándole con cánticos;

Porque el Señor es Dios grande, *

y Rey grande sobre todos los dioses.

En su mano están las profundidades de la tierra, *

y las alturas de los montes son suyas.

Suyo el mar, pues él lo hizo, *

y sus manos formaron la tierra seca.

Vengan, adoremos y postrémonos; *

arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor;

Porque él es nuestro Dios;

nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. *

¡Ojalá escuchen hoy su voz!

Nuestro Rey y Salvador se acerca: vengan y adorémosle.

Salmo 55

Escucha, oh Dios, mi oración, *

y no te escondas de mi súplica.

Hazme caso y respóndeme; *

me agitan mis ansiedades.

Me turba la voz del enemigo, *

la mirada feroz del malvado;

Porque sobre mí echan maleficios, *

y con furor me persiguen.

Mi corazón dentro de mí trepida, *

y terrores de muerte sobre mí han caído.

Temor y temblor vinieron sobre mí, *

y espanto me ha cubierto.

Y dije: “¡Quién me diese alas como de paloma!  *

volaría yo, y descansaría.

Ciertamente huiría lejos; *

moraría en el desierto.

Me apresuraría a escapar *

del viento borrascoso y de la tempestad”.

Devóralos, Soberano mío; confunde su lenguaje; *

porque he visto violencia y lucha en la ciudad.

Día y noche los vigilantes hacen rondas sobre sus muros, *

pero maldad e intriga hay en medio de ella.

Corrupción hay en ella; *

opresión y engaño no se apartan de sus plazas.

Si un adversario me injuriase, lo habría soportado; *

si un enemigo se alzace contra mí, me escondería de él.

Pero eres tú, mi amigo íntimo, *

mi compañero y mi confidente.

Nos unía una gran intimidad, *

y juntos andábamos con la multitud por la casa de Dios.

Que la muerte les sorprenda; que desciendan vivos a la tumba; *

pues la maldad anida entre ellos.

Pero yo invoco a Dios, *

y el Señor me salva.

Tarde, mañana y al mediodía, me quejo y lloro, *

y él oye mi voz.

El me rescata en paz de la batalla que me hacen, *

porque son muchos contra mí.

Dios, el que reina eternamente, me escucha, y los abate, *

por cuanto no cambian, ni temen a Dios.

Mi compañero levantó la mano contra su aliado, *

violando su pacto.

Su hablar es más suave que la mantequilla, *

pero hay guerra en su corazón.

Sus palabras son más suaves que el aceite, *

mas ellas son espadas desenvainadas.

Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; *

jamás permitirá que el justo tropiece.

Mas tú, oh Dios, harás caer al pozo de perdición *

a los sanguinarios y engañadores.

No llegarán a la mitad de sus días, *

pero yo en ti confiaré.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Isaías 10:20-27 

En ese tiempo

los pocos que hayan quedado de Israel,

aquellos del pueblo de Jacob que se hayan salvado,

no volverán a apoyarse en el que los destruyó

sino que se apoyarán firmemente

en el Señor, el Dios Santo de Israel.

Unos cuantos del pueblo de Jacob

se volverán hacia el Dios invencible.

Aunque tu pueblo, Israel, sea tan numeroso

como los granos de arena del mar,

solo unos cuantos volverán.

La destrucción está decidida

y se hará justicia por completo.

Porque el Señor todopoderoso

ha decidido la destrucción

y la va a llevar a cabo en todo el país.

El Señor todopoderoso dice así:

“Pueblo mío, que vives en Sión,

no tengas miedo a los asirios,

aunque te golpeen con su vara

y levanten su bastón contra ti

como hicieron los egipcios.

Porque dentro de muy poco tiempo

va a llevarse a cabo el castigo,

y mi ira los destruirá.

El Señor todopoderoso los castigará

como cuando derrotó a Madián

en la roca de Oreb,

y mostrará su poder contra Asiria

como cuando lo mostró contra Egipto.

En ese día se te quitará

la carga que han puesto sobre tus espaldas,

y será quebrado el yugo que te han puesto en la nuca.”

Cántico de la Creación  Benedicite, omnia opera Domini

Daniel (dc) 3:57-87

Invocación

Bendigan al Señor, obras todas del Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

En la bóveda celeste, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

I El Orden Cósmico

Bendigan al Señor, ángeles y potestades del Señor, *

cielos y aguas que están sobre los cielos.

Sol y luna, y estrellas del cielo, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, lluvias todas y rocío, *

vientos todos, fuego y calor.

Inviernos y veranos, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, fríos y heladas, *

gotas de rocío y copos de nieve.

Escarchas y fríos, hielos y celliscas, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, noches y días, *

luz radiante y oscuridad acogedora.

Rayos y nubes, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

II La Tierra y sus Criaturas

Bendiga la tierra al Señor, *

alábele y exáltele sobre todo para siempre.

Montes y colinas y cuanto germina en la tierra,

bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, manantiales y fuentes, mares y ríos, *

cetáceos y cuanto se mueve en las aguas.

Aves del cielo, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, bestias silvestres, *

y todos los rebaños y ganados.

Hombres y mujeres de todos los lugares, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

III El Pueblo de Dios

Bendiga al Señor el pueblo de Dios, *

alábele y exáltele sobre todo para siempre.

Sacerdotes y siervos del Señor, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Bendigan al Señor, espíritus y almas de los justos, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor, *

alábenle y exáltenle sobre todo para siempre.

Doxología

Bendigamos al Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, *

alabémosle y exaltémosle sobre todo para siempre.

En la bóveda celeste, bendito sea el Señor, *

alabado y exaltado sobre todo para siempre.

Judas 17-25

Pero ustedes, queridos hermanos, acuérdense de que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo les habían dicho: “En los últimos tiempos habrá gente burlona, que vivirá de acuerdo con sus malos deseos.” Esos son los que causan divisiones; siguen sus deseos naturales y no tienen el Espíritu de Dios.  Pero ustedes, queridos hermanos, manténganse firmes en su santísima fe. Oren guiados por el Espíritu Santo. Consérvense en el amor de Dios y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna. Tengan compasión de los que dudan. A unos sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, aunque cuídense de ellos y aborrezcan hasta la ropa que llevan contaminada por su mala vida. El Dios único, Salvador nuestro, tiene poder para cuidar de que ustedes no caigan, y para presentarlos sin mancha y llenos de alegría ante su gloriosa presencia. A él sea la gloria, la grandeza, el poder y la autoridad, por nuestro Señor Jesucristo, antes, ahora y siempre. Amén.

Cántico de los Redimidos    Magna et mirabilia

Apocalipsis 15:3-4

Grandes y asombrosas son tus obras, *

Señor Dios, Rey del universo;

Justos y fidedignos tus caminos, *

oh Rey de los siglos.

¿Quién no te acatará y bendecirá tu Nombre? *

Tú sólo eres el Santo.

Todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, *

Pues tus hechos justos se hicieron manifiestos.

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo: *

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor.

Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo

y nació de la Virgen María.

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato.

Fue crucificado, muerto y sepultado.

Descendió a los infiernos.

Al tercer día resucitó de entre los muertos.

Subió a los cielos,

y está sentado a la diestra de Dios Padre.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de los muertos,

y la vida eterna. Amén.

Plegarias

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad,

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación

y líbranos del mal.

Porque tuyo es el reino,

tuyo es el poder,

y tuya es la gloria,

ahora y por siempre. Amén.

A

V. Señor, muéstranos tu misericordia;

R. Y concédenos tu salvación.

V. Reviste a tus ministros de justicia;

R. Que cante tu pueblo de júbilo.

V. Establece, Señor, la paz en todo el mundo;

R. Porque sólo en ti vivimos seguros.

V. Protege, Señor, a esta nación;

R. Y guíanos por la senda de justicia y de verdad.

V. Que se conozcan en la tierra tus caminos;

R. Y entre los pueblos tu salvación.

V. Señor, que no se olvide a los necesitados;

R. Ni se arranque la esperanza a los pobres.

V. Señor, crea en nosotros un corazón limpio;

R. Y susténtanos con tu Santo Espíritu.

Suscita tu poder, oh Señor, y con gran potencia ven a nosotros; ya que estamos impedidos penosamente por nuestros pecados, haz que tu abundante gracia y misericordia nos ayuden y libren prontamente; por Jesucristo nuestro Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo, sea el honor y la gloria, ahora y por siempre. Amén.

Dios todopoderoso, que después de la creación del mundo descansaste de todos tus trabajos, y santificaste un día de reposo para todas tus criaturas: Concede que nosotros, apartando toda ansiedad terrenal, nos dispongamos debidamente para el servicio de tu santuario, y que nuestro descanso aquí en la tierra sea una preparación para el reposo eterno en el cielo, que has prometido a tu pueblo; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oh Dios, autor de la paz y amante de la concordia, conocerte es vida eterna, y servirte, plena libertad: Defiende a estos tus humildes siervos de todos los asaltos de nuestros enemigos; para que, confiados en tu protección, no temamos la fuerza de ningún adversario; por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Jesucristo, tú extendiste tus brazos amorosos sobre el cruel madero de la cruz, para estrechar a todos los seres humanos en tu abrazo salvador: Revístenos con tu Espíritu de tal manera que, extendiendo nuestras manos en amor, llevemos a quienes no te conocen a reconocerte y amarte; por el honor de tu Nombre. Amén.

Puede seguir intercesiones y acciones de gracias

Oración de San Juan Crisóstomo

Dios todopoderoso, que nos diste la gracia para unirnos en este momento, a fin de ofrecerte nuestras súplicas en común; y que, por tu muy amado Hijo, nos prometiste que, cuando dos o tres se congregan en su Nombre, tú estarás en medio de ellos: Realiza ahora, Señor, nuestros deseos y peticiones como mejor nos convenga; y concédenos en este mundo el conocimiento de tu verdad y en el venidero, la vida eterna. Amén.

Bendigamos al Señor.

Demos gracias a Dios.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos nosotros, ahora y siempre. Amén. 2 Corintios 13:14

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